Un equipo de arqueólogos búlgaros ha localizado el
esqueleto de un hombre que vivió a principios del siglo XIII y fue
enterrado con un cuchillo atravesándole el corazón, en un rito habitual
en la época para evitar que el fallecido se transformara en vampiro.
"Se trata de un rito pagano que se practicó incluso hasta finales del
siglo XIX. Se atravesaba el pecho del difunto con un objeto metálico
para que no volviera de entre los muertos convertido en un bebedor de
sangre para torturar a los vivos", explicó hoy a Efe Nikolay Ovcharov,
el arqueólogo responsable del hallazgo.
El cuerpo fue localizado en Perperikon, un antiguo poblado del sur de
Bulgaria en el que ya el pasado año se encontró un cadáver enterrado en
esa misma época de forma parecida.
Ovcharov indicó que ese tipo de rito se ejecutaba solo en
circunstancias extraordinarias, por ejemplo en suicidas o en personas
que habían vivido muy por encima de la expectativa de vida de la época.
"La superstición medieval era que el difunto era más vulnerable al
vampirismo en los primeros 40 días después de su muerte, cuando su alma
se encuentra entre la tierra y el cielo", añadió el experto.
Según Ovcharov el esqueleto encontrado ahora pertenecía a un hombre
de entre 35 y 40 años de edad y al que se amputó también la pierna
derecha, otro remedio de la época contra el vampirismo.
Cerca de esta tumba, su equipo encontró los restos de una mujer
abrazando a un niño de entre 4 y 5 años de edad, en una representación
iconográfica de la Virgen María con el Niño Jesús típica en el
cristianismo ortodoxo.
"Esta forma de entierro es una peculiar forma de rezo de la población
contra la peste que azotó la región hasta los siglos XVIII-XIX", dijo
Ovcharov, que apuntó que se trata de muestra de mezcla entre ritos
paganos y cristianismo.
En el año 2012 ya se había localizado la tumba de otro "vampiro" cerca de un monasterio medieval a orillas del Mar Negro.
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